QUITO




Fundación.- 6 Diciembre 1534, Sebastián de Benalcázar
Independencia.- 24 de Mayo 1822
Declaratoria.- 18 de septiembre de 1978 por la UNESCO, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Altitud.- 2850 msnm
Temperatura.- 10 a los 27 °C

Es la capital de la República del Ecuador y también de la provincia de Pichincha. Pertenece a la zona de planificación 9 es decir zona del Distrito Metropolitano de Quito. Es conocida como “Quito Luz de América” “Quito Carita de Dios” Quito, capital del barroco americano; Quito, ciudad del planeta más cercana al sol; Quito, ciudad de las iglesias; Quito, carita de Dios, Edén de maravillas; Quito, ciudad de las leyendas; Quito, arrabal del cielo; Quito, Relicario de Arte en América; Quito, Luz de América; Quito, descubridora del Río Amazonas; Quito, capital de las estrella, Quito Primer Patrimonio Cultural de la Humanidad  La fecha de su primera fundación es incierta; los registros más antiguos se hallan en la hacienda del Inga, sin embargo, se utiliza la conquista española de la ciudad, el 6 de diciembre de 1534 por Sebastián de Benalcázar, como su nacimiento. La fecha de su independencia se dio el 10 de agosto de 1809 donde se firmó el acta que cesó en sus funciones al entonces presidente de la Real Audiencia de Quito, conde Ruiz de Castilla, e instauraron en la ciudad la Primera Junta Autónoma de Gobierno, con autoridades que respetaban la autoridad del rey español.

Tras casi tres siglos de dominio español, las nuevas generaciones mestizas inician el proceso de independencia. Quito es la primera ciudad del continente en declararse independiente en 1809 y por eso la llaman ‘Luz de América’, que a pesar de que aún no llegaba la derrota definitiva de los españoles, encendió el faro libertario, que culminará en las laderas del volcán Pichincha un 24 de mayo de 1822 y, luego, por fin la proclamación de la República del Ecuador en 1830. Con el establecimiento de la República, en Quito su capital floreció una arquitectura republicana, con un fuerte influjo europeo que también caló en las artes, la cultural, el comercio, dando paso a una ciudad de acelerado desarrollo urbanístico, dentro de los límites de su geografía. Todo eso en una gran disputa que ya configuraba la lucha ideológica entre conservadores y liberales, que va a concluir en 1895, con la gran Revolución Liberal encabezada por el general Eloy Alfaro, considerado hasta ahora el hombre más importante de su historia. Y con esa revolución se inaugura el siglo XX en el Ecuador, trazando los cambios más trascendentales en la política, economía, educación y la cultura. Como símbolo de esos cambios se construye el ferrocarril que unirá a Quito y Guayaquil, las dos ciudades más importantes del país hasta la actualidad.

Ya en la segunda mitad del siglo anterior, con el impulso económico que generan el banano y el petróleo, Quito desarrolla su arquitectura, atrae la emigración y se proyecta como una capital moderna. Entonces se levantan los grandes edificios para instalar allí a los ministerios, el Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, el estadio Olímpico Atahualpa todos los servicios y requerimientos de una población que se acerca al millón de habitantes. Todo esto ocurre robándole espacio a los bosques de los alrededores del Quito antiguo, dejando solo la custodia a las montañas y laderas que ahora están bajo la protección ambiental. Solo a finales del siglo XX empieza a considerarse el cuidado de su patrimonio cultural colonial, tras un largo período donde se privilegió el comercio y el transporte, como factores de desarrollo.


Historia
Cuando llegaron los españoles al Tahuantinsuyo, el imperio inca estaba sumergido en una guerra civil provocada por la pugna de poder entre Atahualpa y su hermano Huáscar. El primero defendía su hegemonía desde Quito, el segundo desde Cuzco. Huáscar, indignado por la derrota, acepto la muerte. Pero en el año de 1533, luego de pacificar el imperio, Atahualpa aceptó una reunión con Francisco Pizarro, en la cual fue capturado y días después asesinado por orden del español. La conquista de los Andes septentrionales fue motivada principalmente por el rumor de que en Quito se encontraba el tesoro de Atahualpa. Se formaron dos expediciones, la de Pedro de Alvarado, desde Guatemala, y la de Sebastián de Benalcázar procedente del sur. Fue éste último el que consiguió llegar primero y quien, el 6 de diciembre de 1534, fundó la ciudad de San Francisco de Quito en las faldas orientales del volcán Pichincha. La ciudad se encontraba sobre cenizas, ya que días antes había sido incendiada por el general inca Rumiñahui con el objeto de que los españoles no encontraran nada al llegar. En agosto, la villa había sido fundada por Diego de Almagro cerca de la ciudad de Riobamba con el nombre de Santiago de Quito.



Economía: Quito es el cantón que concentra la mayor cantidad de establecimientos comerciales y el que generó mayor cantidad de ingresos por ventas durante el 2009, según los datos del Censo Nacional Económico que se realizó el año pasado. El comercio y la industria manufacturera están entre los principales
sectores económicos. La ciudad fue nominada a los WTA por el Municipio capitalino, a través de su empresa Quito Turismo. La campaña de votación se impulsó desde el ente oficial de turismo, con el apoyo del sector turístico y de los medios de comunicación, asimismo como el de toda la ciudadanía que ha permitido lograr este gran resultado para nuestra ciudad y, sobre todo, para el turismo. Es la primera vez, en la historia, que la ciudad recibe un premio de los World Travel Awards en la categoría de Destino Líder de Sudámerica, ganándole a Río de Janeiro que en los últimos nueve años ha ganado ese galardón. A la entrega de los premios WTA, asistieron: el alcalde (e) Jorge Albán; Eduardo Dousdebés, secretario de Desarrollo Productivo y Competitividad; Luz Elena Coloma, gerente de Quito Turismo y otros colaboradores de la empresa municipal.

World Travel Awards se puso en marcha en 1993 para reconocer, reconocer y premiar la excelencia en la industria de viajes, el turismo y la hospitalidad global. Ahora celebra su 20 aniversario y es considerado mundialmente como el mayor logro de un producto o servicio de viajes podrían esperar recibir y la ceremonia de gala de premios son vistos como los eventos de red principal para el turismo mundial y los establecimientos de hostelería.


Atractivos.-

1. Plaza Grande.-
La Plaza Grande o Plaza de la Independencia, es uno de los mayores atractivos del casco colonial de Quito. En ella se descubren algunas de las joyas arquitectónicas que le valieron para que haya sido declarada por las Naciones Unidas, como Patrimonio Cultura de la Humanidad. La historia inicia en la Plaza Grande o Plaza de la Independencia, conocido como centro de actividades y reuniones quiteñas desde el siglo 16 y donde hoy se levanta el monumento a los héroes de la independencia. La ciudad fue trazada alrededor de esta y es en 1.612 que se instalan en su entorno los principales poderes del Estado, los mismos cuyas sedes se encuentran todavía en la Plaza.

Se encuentra en el corazón del Centro Histórico, está rodeada por cuatro pilares de la sociedad, la Catedral, el Palacio Presidencial, el Palacio de Arzobispo y el Palacio Municipal.
Fecha de Creación
No se conoce con exactitud la fecha de creación pero se afirma que el conjunto que encierra la plaza grande es del siglo XVI - . Y el Monumento a la Independencia, fue construido a partir de 1906 e inaugurado en 1909.

En la Plaza Grande propiamente dicha, se encuentra el Monumento a la Independencia, el mismo que fue construido a partir de 1.906 e inaugurado en 1.909, pues antiguamente en el centro de la Plaza Grande se encontraba una pileta. El monumento está construido en mármol de Carrara y su diseñador fue Juan Bautista Minguetti. Fue construida en Italia y luego traído hasta esta ciudad primero en barco desde Guayaquil, luego en tren y mulas.


2. Palacio de Carondelet
Es la sede del Gobierno y residencia oficial del presidente de la República del Ecuador. Está ubicado en el centro histórico de la ciudad de Quito. Es el eje neurálgico del espacio público conocido como Plaza de la Independencia o Plaza Grande (nombre colonial), alrededor de la cual se levantan además el Palacio Arzobispal, el Palacio Municipal, el Hotel Plaza Grande y la Catedral Metropolitana. Fue conocido durante la colonia española como Palacio Real de Quito pues era la sede de la Real Audiencia de Quito y de la gobernación civil y militar de la región. La tradición cuenta que habría sido el libertador Simón Bolívar quien le llamó Palacio de Carondelet asombrado por el buen gusto que tuvo Francisco Luis Héctor Barón de Carondelet, quien ordenó la construcción de su fachada, cuyo principal elemento, una columnata, se mantiene hasta la actualidad. No obstante, nunca se le ha denominado así en los documentos oficiales.


3. Catedral Primada de Quito.-
La Catedral de Quito o Iglesia Museo Catedral Primada de Quito es considerada una de las más antiguas de América Latina y es uno de los símbolos religiosos de mayor valor espiritual para la comunidad católica de la ciudad de Quito. Contiene un acumulado histórico de la vida cotidiana, política, religiosa y artística de varias generaciones quiteñas. Se encuentra ubicada en el corazón del centro histórico de Quito: la Plaza de la Independencia o Plaza Grande, exactamente en el Pasaje Espejo, entre las calles Venezuela y García Moreno, diagonal al Palacio de Carondelet. La Catedral de Quito inició su edificación entre 1562 y 1567, y culminó en 1806 por obra del Presidente de la Real Audiencia: el Barón Héctor de Carondelet. Inicialmente en el siglo XVI, 1535, se levantó el templo con adobe y madera labrada. Posteriormente, en 1545, fue nombrada Catedral. Luego en 1562 se la demolió para reconstruirla con cimientos de piedra.
En el trabajo de construcción participaron los quiteños organizados en minga, quienes levantaron un grandioso templo lleno de historias y encantos. Su financiación fue proporcionada por las cajas reales, los españoles y por los indios. Su forma rectangular obedeció a la dificultad de edificarla con frente a la Plaza Grande por una quebrada honda que corría hacia la parte de atrás. Esta Catedral fue el primer templo construido en Quito con influencias y estilos del arte indígena y la concepción hispana. El mismo ha sufrido dos terremotos que sacudieron a la capital del Ecuador en octubre de 1660 y en febrero de 1797. Entre sus más bellos atractivos se encuentran las obras de arte, pinturas y esculturas realizadas por importantes artistas de la época colonial y republicana. Una de las obras destacadas es el lienzo de la muerte de la Virgen, de Miguel de Santiago, puesto en el muro del trascoro. Además, en esta, descansan los restos de Antonio José de Sucre, prócer de la Independencia del Ecuador. Su diseño colonial la convierte en una maravilla arquitectónica.


4. Iglesia de San Francisco.-
San Francisco, el más imponente monumento arquitectónico quiteño. Ofrece a la admiración del visitante templo, capillas y convento. El conjunto, que abarca casi dos manzanas completas y se yergue sobre amplísima explanada de piedra, tiene tanta grandeza que Ernesto La Orden lo llamó "Escorial sobre los Andes". La construcción de templo y convento la comenzó fray Jodoco Ricke, a poco tiempo de fundada la ciudad, en 1536, y fue obra de arquitectos y talladores como fray Francisco Benítez, quien asumió la obra en el último cuarto del siglo XVI y la remató en 1605. (Y talló la sillería e imágenes del coro). Fachada de templo y convento se alzan sobre amplio atrio que corre de extremo a extremo de la plaza, alto de zócalo, todo de piedra, solo roto al medio para dar acceso desde la plaza por hermosa escalinata pétrea de doble abanico. La fachada de la iglesia es severa, dentro de los cánones renacentistas del neoclasicismo grecorromano. De sus dos cuerpos, el primero tiene un orden de columnas dóricas asentadas sobre sólidas bases que se confunden con el zócalo; el superior tiene columnas -un cuarto más pequeñas jónicas. Apenas hay
decoración: sólo el cordón franciscano que envuelve, como moldura, el gran ventanal de encima de la puerta principal; las estatuas de San Pedro y San Pablo, a uno y otro lado de la misma ventana y más arriba un Cristo, todo en piedras de bella factura. Al entrar en la iglesia se queda debajo del nártex, de cielo raso bajo adornado por pequeñas telas pintadas, enmarcadas y rodeadas por alegre conjunto ornamental de caras de ángeles y flores, todo de, gusto italianizante. La nave central es alta y el crucero, justamente celebrado, se sostiene sobre cuatro arcos torales. De lado y lado tiene capillas con hermosos retablos. El retablo del altar mayor, poblado de estatuas, da vuelta al presbiterio en redondo. El artesonado de la gran nave fue de lacería mudéjar hasta cuando el terremoto de 1755 obligó a sustituirlo por el actual. Cómo fuese la lacería mudéjar puede verse aún en la cúpula del crucero.  La cantidad de joyas artísticas que guardan la iglesia y el convento franciscano las del convento ordenadas ahora en museo- requeriría guía particular muy detallada. De especial belleza y magnitud son el retablo de San Antonio de Padua, del más depurado estilo neoclásico, que guarda en la parte superior, bajo espléndido dosel, una de las obras maestras del genial Caspicara, el grupo de la asunción de la Virgen ante los asombrados ojos de los apóstoles y, al frente, en el otro brazo del crucero, el retablo adornado con placas de plata repujada, que tiene como centro una prodigiosa talla de San Francisco con alas de plata, también de Caspicara. Y, por supuesto, al centro el retablo del altar mayor, abigarrado conjunto, denso de sentido, desde las imágenes sedentes de los cuatro evangelistas, en el zócalo, hasta el remate de las virtudes, con los doce apóstoles en las calles intermedias. Y en nichos, en el central, la Inmaculada de Legarda, y en el superior, el grupo del Bautismo del Señor de Diego de Robles.


5. Iglesia de la Compañía de Jesús.-
En 1605 comenzaron los jesuitas de Quito los trabajos de su iglesia. Hacia 1613 llegó a la ciudad el hermano coadjutor Marcos Guerra, quien fuera arquitecto brillante en el Reino de Nápoles, antes de entrar en la Orden. El corrigió lo que se había hecho y dio a la obra el trazo definitivo.
A su muerte, acaecida en 1668, la iglesia y edificios contiguos, con sus tres claustros, estaban concluidos en lo fundamental. La fachada comenzaría a labrarse en 1722 y solo se terminaría en 1765, en vísperas de la expulsión de los de Loyola de los dominios del rey de España. La fachada del templo es una de las maravillas del barroco y plateresco americanos. Flanquean la puerta principal seis columnas salomónicas fastuosas, integradas por primera vez al movimiento arquitectónico en el arte americano y las puertas laterales, pilastras de estilo romano corintio.
Todas reposan sobre un estilobato en paneles con decoración renacentista. Sobre el arquitrabe corre un friso de soles y follaje, y sobre el friso, la cornisa que parecería sustentarse sobre hojas de acanto. La cornisa, que corre ceñida a los resaltos de la fachada, sobre la puerta principal se convierte en arco, suerte de dosel de un nicho que aloja a la Inmaculada, guardada por ángeles y querubines. El segundo cuerpo, de fina ornamentación plateresca, está formado por dos bloques, con preciosas columnas, que dejan al centro enorme ventana coronada por la inscripción votiva a Loyola. El admirable conjunto de columnas y frisos, esculturas y molduras, paneles y panoplias simbólicas, tan ricas y a la vez tan exactas, se remata con tímpano semicircular y el signo eucarístico sobre espigón de crestería. Entrar al templo es quedar deslumbrado ante estupenda síntesis de fasto y armonía, de riqueza barroca y barroco equilibrio, todo en oro. No hay lugar del retablo mayor y de capillas, de la bóveda del crucero y columnas, de tribunas y coro, que no esté recubierto de primorosa decoración. En el retablo del altar mayor, obra de Legarda, se ha retomado como principal motivo de composición las columnas salomónicas de la fachada y las cornisas que se estiran al centro en arco y se ha hecho culminar el conjunto, abigarrado y deslumbrante, por corona
sostenida por ángeles. Los nichos, cuatro, alojan cuatro tallas policromadas, correspondientes a los cuatro fundadores de las grandes órdenes, San Francisco y San Ignacio de Loyola con el inconfundible estilo de Legarda.


6. Iglesia de San Agustin.-
El arquitecto extremeño Francisco Becerra, que se hallaba por aquel entonces en Quito, trazó los planos de la iglesia y convento de San Agustín, hacia 1580 ó 1583. En 1606 se firmó contrato con el arquitecto español Juan del Corral, casado con quiteña, para la edificación. Terminada la obra arquitectónica, se mandó traer de Roma retablo para el altar mayor y se hizo la talla de los altares laterales. Todo aquello estuvo terminado para 1650. La fachada se trabajó según consta la inscripción puesta sobre la puerta de entrada entre 1659 y 1669. Por aquellos mismos años se hacía la obra de los claustros y Miguel de Santiago pintaba para ellos los bellísimos lienzos de la vida de San Agustín -de 3 metros por más de 2. En ellos reinterpretó cromáticamente y dio vida y ambiente a los grabados del flamenco Bolswert que le sirvieron de modelo. Además de esta serie, hay en San Agustín otra importantísima obra de la Escuela Quiteña, del mismo Miguel de Santiago: el cuadro llamado de la Regla, colosal tela de 8 metros por más de 6, que está sobre el presbiterio del templo. Pero hay mucho más que admirar en San Agustín: numerosos rasgos originales del columnario de los retablos de la iglesia, la belleza del claustro con sus galerías superpuestas, y la Sala Capitular. A la mitad del tramo oriental del claustro se abre la puerta de la Sala Capitular, célebre porque en ella se firmó el Acta del 10 de Agosto de 1809. Tiene en su testero un hermoso calvario de Olmos, imaginero quiteño de comienzos del XVIII, y, al extremo opuesto, la tribuna para el orador o lector, de riquísima talla, coronada por preciosa concha ribeteada por calado de fino encaje. El artesonado de la bóveda está adornado con numerosas telas y en los faldones hay lienzos de motivos hagiográficos, dieciséis de un lado y dieciséis del otro. El de la muerte de San Agustín y el de San Jerónimo son de Miguel de Santiago; una Pietá, probablemente, de Ribalta.


7. El panecillo.-
Desde aquí también es posible apreciar el Panecillo esta elevación natural fue bautizada así por su parecido con un pan pequeño, se erige en medio de la ciudad como un mirador natural desde el cual se aprecia la belleza andina de la zona y la disposición urbana de la ciudad. El montículo recibió su calificativo de los conquistadores españoles, pero se cree que su nombre auténtico es "Shungoloma" que en quichua significa "loma del corazón". En la época preincaica se erigió sobre él un templo dedicado al culto del dios Sol, llamado Yavirac, el cual fue destruido por el indio Rumiñahui mientras resistía con sus tropas al avance español. La loma del Panecillo, con tres mil metros de altitud sobre el nivel del mar, es una referencia para los quiteños porque marca la división entre el sur y el centro de la ciudad y aún mantiene el legado de la época incaica porque allí se encuentra la Olla Panecillo, una especie de cisterna circular de ocho metros de Profundidad que fue utilizado para el riego de sembríos. Años después, durante la dominación española, el lugar sirvió para recolectar agua lluvia destinada al riego de los jardines de la mansión española Bellavista y luego fue utilizado como sitio de defensa de las tropas coloniales durante la batalla libertaria de Pichincha el 24 de mayo de 1822. En 1976, el artista español Agustín de la Herrán Matorras realizó en aluminio el monumento a la Virgen María que se encuentra en la cúspide del cerro. Está compuesto por siete mil piezas y es considerado como la mayor representación de aluminio del mundo. La obra, es una réplica de la escultura de treinta centímetros realizada en el siglo XVIII por el escultor quiteño Bernardo de Legarda, que reposa en el convento barroco de la Iglesia de San Francisco.


8. La ronda.-
La cual fue restaurada completamente durante el año 2006. La calle Morales era el corazón bohemio del Centro Histórico a mediados del siglo XX, donde abundaban casas de artistas, artesanos, pintores, poetas y músicos. Lamentablemente sufrió un deterioro constante hasta que el proyecto para resucitarlo volvió a darle vida. Hoy, La Ronda ha recuperado su encanto con galerías, cafés y tiendas que ocupan las casas viejas. Esto incluye una familia que hace las hermosas velas de colores en forma de flores y que son utilizadas durante procesiones religiosas, otra que sirve las 'empanadas de viento' más finas de Quito y un gran café cultural, la Casa 707. La Ronda era una conexión importante a la ciudad antigua como acceso por el costado sur. Fue en tiempos preincaicos y pre hispanos un camino hacia el río de la ciudad para la gente del lugar. En la Colonia y en la era de la Independencia, la calle fue una vía importante para traer enfermos al Hospital San Juan de Dios, ubicado a su costado, en la parte occidental. Actualmente, el hospital es la casa de un Museo de primera clase en la ciudad de Quito


9. Itchimbia.- Ocupa la cima y las laderas de la loma del Itchimbia a 2.910 msnm., situada en el límite oriental del Centro Histórico. Está rodeado por barrios tradicionales como El Dorado, La Tola y San Blas, por lo que ofrece una vista panorámica de la ciudad y su entorno, convirtiéndose en un impresionante mirador natural, desde el cual se puede divisar el Centro Histórico, volcanes y nevados que rodean a la ciudad como el Pichincha, el Cayambe y el Antisana. El Itchimbia es un parque educativo, recreativo y además es hoy en día un pulmón verde para el Centro Histórico; cuenta con una amplia oferta de instalaciones y actividades de primera calidad: juegos infantiles, ágora natural para presentaciones artísticas, senderos, ciclo vía, canchas de fútbol, básquet y voleibol, pérgolas, en fin las opciones son muchas. Dentro de este parque se levanta el Centro Cultural Itchimbia, conocido popularmente como “Palacio de cristal”, es uno de los sitios culturales más importantes de la ciudad y del país. El Itchimbia es un lugar que invita a la relajación y esparcimiento, donde se propicia el desarrollo de los sentidos con la presencia de elementos sencillos como el bosque andino, el paisaje, los sonidos, las texturas y los olores de la naturaleza. Este es nuestro tercer mirador el cual nos permite observar exclusivamente el centro y norte de la ciudad de Quito dando realce al cambio de tiempo, del Quito antiguo al Quito Moderno. Se considera como el balcón de Quito por su altura y extensión, tiene una vista de la Avenida de los Volcanes. En este lugar los Incas purificaban su cuerpo y recuperaban energías, además era un punto estratégico para realizar entrenamientos militares en la época colonial, aquí podemos hallar un humedal el cual fue construido en la alcaldía de Paco Moncayo con el fin de salvar a las especies de Ranas que habitaban en la ciudad de Quito.


10. Parque Museo Yaku.-
Mirador, desde el cual se puede apreciar completamente el centro histórico de la ciudad de Quito y en el que podemos ver uno de los museos de mayor acogida de la ciudad el cual es el museo Parque Yaku, Yaku significa "agua" en quichua y en este museo puede conocer de cerca el valor del agua para las comunidades aborígenes de Quito. Aquí la ciudadanía puede conocer sobre este estratégico recurso, así como los conocimientos, intercambios y reflexiones que el mismo provoca. El Yaku está localizado en el barrio antiguo de El Placer, en las faldas del volcán Pichincha y es uno de los más tradicionales y simbólicos de la ciudad. Su localización hace que sea un estratégico punto de observación y contemplación. En el pasado yacían aquí fuentes de agua que eran una simbólica y espiritual conexión entre la naturaleza y la actividad social. El museo del agua garantiza una gran vista desde las faldas del volcán Pichincha hacia el Centro Histórico. Los visitantes podrán ser guiados por varios lugares, donde los niños y adultos podrán divertirse.


11. Mirador de San Juan.-
La loma donde se asienta el barrio de San Juan fue un espacio simbólico importante. Estudiosos señalan que a la llegada de los españoles en 1534, en este lugar se levantaba un templo de adoración Inca denominado Huanacauri. Actualmente, quienes visiten el mirador de San Juan, podrán admirar la cadena montañosa que rodea a la ciudad y entender por qué este sitio fue escogido como sagrado. En días despejados se puede observar nevados como Cotopaxi, los Altares, el Antisana y el Cayambe. Además se puede regocijar con una privilegiada perspectiva del Centro Histórico, que muestra rincones normalmente ocultos a la vista, como los jardines del claustro de La Concepción o los patios occidentales del complejo religioso de San Francisco. El Mirador de San Juan está ubicado en un pequeño parque que lleva el mismo nombre, y que está ubicado en la calle Carchi y Nicaragua. Desde allí, usted podrá cruzar un puente sobre la quebrada para descender hacia la Plaza Grande.


12. Iglesia del Sagrario
Sobre ciclópea obra de arquería que cerró una quebrada, se edificó el Sagrario, contiguo a la catedral. En 1706 se terminó la fachada; en 1715, la edificación y entre 1731 y 1747, los retablos. No se sabe a ciencia cierta quién hizo los planos, pero en el terminado y ornamentación jugaron papel preponderante Legarda, el dorador Cristóbal Gualoto y el pintor Francisco Albán. El frontispicio se hizo bajo el cuidado de Gabriel de Escorza Escalante, con el ordenamiento neoclásico que había presidido, pocos años atrás, la obra de San Agustín. Tres órdenes de columnas jónicas en el primer cuerpo, al que corresponden tres de corintias en el segundo, enmarcando la puerta, la gran ventana central y el campanario que corta el frontón. Obra maestra de Legarda es la mampara, una de las manifestaciones más ricas del barroco quiteño. Fastuosa en la decoración exótica de los fustes de las columnas; encaprichada y armoniosa de talla y color. La bóveda central desemboca en soberbia cúpula decorada con pinturas al fresco de escenas de la Biblia protagonizadas por arcángeles, obra de Francisco Albán. El retablo del altar mayor fue dorado por Legarda. De los otros, tiene más valor el de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, de cuerpos superpuestos con columnas entorchadas y nichos.


13. Museo Numismático
A partir de 1938, el Banco Central del Ecuador empezó a salvaguardar los bienes culturales que llegaban a sus bóvedas, sea en metalurgia precolombina o en monedas coloniales, evitando su conversión en lingotes de oro para la reserva monetaria. Con la visión humanista, del Gerente General de ese entonces, señor Guillermo Pérez Chiriboga y el empuje del joven arquitecto Hernán Crespo Toral, se reflexionó sobre la importancia de la salvaguarda cultural como una misión trascendente para la nación ecuatoriana, con el mismo ahínco con que se conservaba la reserva de oro que respaldaba económica y monetariamente al país.


14. Museo Casa de Sucre
El lugar guarda los objetos personales y recuerdos de guerra del "Mariscal de Ayacucho" y de su esposa. En 1977 el Ministerio de Defensa recuperó la casa que perteneció a Antonio José de Sucre y a su esposa Mariana Carcelén. Desde entonces está abierta al público como un museo. El lugar se divide en dos plantas y cada una guarda los vestidos, los enseres, los muebles y los recuerdos de guerra del "Abel de América". Las visitas son guiadas. La historia cuenta que el general venezolano Antonio José de Sucre fue un apasionado de Quito. Tanto que se casó con Mariana Carcelén, Marquesa de Solanda, una de las quiteñas más acaudaladas, con quien formó un hogar en la casa ubicada en las actuales calles Venezuela y Sucre.


15. Iglesia de Santo Domingo
Aunque llegaron a Quito en 1541, sólo en 1580 comenzaron los dominicanos a construir su templo, con planos y dirección de Francisco Becerra, el arquitecto extremeño. La obra total se llevó a término en la primera mitad del siglo XVII. Junto a la iglesia, del lado del evangelio, se puso capilla aparte para Nuestra Señora del Rosario, en la que más tarde se fundó la más importante cofradía de la ciudad. Iglesia y capilla se adornaron con artesonados bien labrados, ricos retablos, imágenes de bulto y lienzos. De esa primitiva riqueza, en el templo queda poco: apenas el artesonado mudéjar. No así en la capilla del Rosario, con su retablo del más abigarrado rococó, su decoración con tallas doradas sobre fondo rojo, las columnas con original mezcla de elementos vegetales y antropomórficos y los complicados frontones con sus remates, todo lo cual completa un conjunto de rara plenitud ornamental.


16. Capilla del Hombre:
La Capilla del Hombre es un museo de arte, construido en Quito, Ecuador por iniciativa del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamin en homenaje al ser humano.1 El proyecto fue concebido en 1985 pero la construcción del edificio solo empezó en 1995 y se terminó en 2002, después de la muerte del artista. La edificación emblemática inaugurada el 29 de noviembre del 2002, forma parte de Fundación Guayasamín, y se encuentra junto al "Museo Casa-Taller Guayasamín" la residencia donde el Maestro vivió sus últimos años, y en la zona norte está proyectada otra edificación donde funcionarán museos con las colecciones de arte Arqueológico, Colonial y Contemporáneo todo montado con piezas y obras donadas por Oswaldo Guayasamín.2
Fue declarada por la UNESCO como «Proyecto prioritario para la cultura», y por el Gobierno Nacional del como «Patrimonio cultural del estado ecuatoriano».3 Este museo está dedicado a todo el pueblo de América Latina como un «llamamiento» (palabra utilizada por el propio Guayasamín)4 a su unidad desde México a la Patagonia. En su interiorse encuentra «La Llama Eterna» por los Derechos Humanos y la Paz.5


17. Elevación Pichincha
Se encuentra en las faldas de Quito. Presenta varias cumbres, que en la siguiente lista están mencionadas desde la geológicamente más vieja al noreste hasta la más nueva al suroeste. Algunos de los nombres de las cumbres fueron derivados del quichua.
Loma de las Antenas. Cúndur Guachana (Nido de Cóndores en quichua) Rucu Pichincha (rucu = viejo en quichua) Cruz Loma ,Padre Encantado (también llamado Fraile Encantado), Guagua Pichincha (guagua = niño en quichua)  , El Guagua Pichincha tiene dos grandes cráteres, uno dentro del otro, que son resultado de sus erupciones. Al sur del Pichincha, aledaña a la zona sur de Quito, también hay una loma volcánica llamada Ungúí. ha erupcionado en 1534, 1539, 1566, 1575, 1588, 1660 y 1662, cuando la ciudad fue cubierta por 30 centímetros de ceniza. Casi dos siglos habían transcurrido sin que haya torrentes de lava y sismos, y algunos geólogos creyeron que era ya un volcán inactivo. Pero el 22 de marzo de 1859 erupcionó de nuevo. La ciudad de Quito quedó entonces casi destruida. Asimismo, en octubre de 1999, una erupción mayor del volcán dejó la capital cubierta de ceniza. Sin embargo, como el cráter del Guagua Pichincha está abierto hacia el oeste, su lava bastante viscosa fluye en esa dirección.


18. Museo Convento San Diego
Muestra de la colección de arte del Museo Casa de Benalcázar. Tiene gran riqueza en lienzos, esculturas y doraciones. Las obras llevan el talento de la Escuela Quiteña del siglo XVIII. El convento de San Diego era la
antigua recoleta de la orden franciscana. Sus paredes guardan preciosos lienzos con alegorías a la pasión de Cristo, a la asunción de María y a la vida de castidad y pobreza de santos como Francisco de Asís y Diego de Alcalá, patrono del convento. Piezas que resultan de gran interés son el púlpito, un ejemplo de la ornamentación barroca del siglo XVIII; la imagen de la Virgen de Chiquinquirá; y el crucifijo por sobre el cual el bohemio padre Almeida salía a sus jaranas nocturnas.
La proliferación de conventos en la América india fue la estrategia de propagación del catolicismo hacia cada uno de los habitantes naturales de las colonias españolas. La exigencia en la preparación espiritual de los clérigos obligaba que sus recintos, a los que se llamó recoletas, fueran construidos en "edenes" lo más alejados del mundanal ruido. Así, el Convento de San Diego, ubicado actualmente hacia el sur de Quito, se inscribe en esta línea. El inicio de su construcción se sabe de finales del siglo XVI. En 1598 la congregación franciscana obtuvo del Cabildo la autorización para levantar la obra, bajo la dirección del padre Bartolomé Rubio. Entre este año y 1602, quiteños acaudalados donaron terrenos, logrando una extensión de tres cuadras.
Hacia 1603 se había concluido la iglesia, y el convento estaba en fase avanzada. En 1626 los patios internos del claustro habían sido concluidos. Y los anales del Cabildo señalan que por 1650 San Diego ya oficiaba como una casa de retiro para "veinte religiosos de penitente vida". Todavía faltaban pequeños detalles, por lo que en 1689 fue nombrado "Obrero Mayor" de la construcción al legendario fray Manuel de Almeida, pícaro monje que usaba un crucifijo como la escalera que lo conectaba con la ciudad nocturna y bohemia. El lugar incluso toma más fuerza mítica por la presencia de otro héroe del imaginario quiteño: Cantuña. Si bien él pinta como constructor del atrio de San Francisco, sus manos nunca estuvieron allí, sino en San Diego, donde hizo algunos trabajitos de cerrajería por los que cobró siete pesos. Hacia la mitad del XVIII, el Convento fue concluido totalmente con acabado impecable, según cuenta el viajero inglés William Stevenson: "Casi oculto en medio de los árboles y de las rocas este retrete es de los románticos. Se ha puesto especial cuidado en que este edificio aparezca como una ermita aislada.Es tal vez en todo el Nuevo Mundo la morada que más conviene al retiro religioso...".


19. Yaku Parque Museo del Agua
Yaku Parque Museo del Agua se ubica en el antiguo barrio El Placer, en las laderas del volcán Pichincha, por lo que se constituye en un sitio estratégico de contemplación de la ciudad. El museo se asienta en la primera Planta de tratamiento y almacenamiento de agua de Quito, fundada en 1913, allí se instalaron los primeros tanques de recolección y purificación de agua. Más tarde, en 1957, con la instalación de la nueva planta de tratamiento de la Municipalidad, las familias quiteñas adoptaron este sector como destino para paseos, costumbre que duró hasta mediados de los años 80. En distintos lugares del Museo es posible observar las estructuras antiguas que narran una parte de la historia del uso del agua en la ciudad.En Yaku puede disfrutar mientras aprende. Este lugar cuenta con una imponente estructura hecha de metal y vidrio con 2.365 m2 de construcción. Los recorridos que se realizan en el museo, están divididos en tres áreas que cuentan con actividades interactivas y lúdicas. La primera área se dedica a la temática “Agua Viva”, donde se explica el tema de la composición química y características del agua. La segunda área se denomina “Agua que Crea” y en ella se explica su importancia biológica como fuente de vida. Y la tercera área es llamada “Nuestra Agua” que trata la relación del agua y los seres humanos. Yaku abrió sus puertas el 6 de diciembre del 2005 y, en la actualidad, recibe a más miles de visistantes, quienes han experimentado un contacto intenso y personal con el elemento agua, creando una conciencia propia sobre lo que el líquido significa para su vida y su futuro.

Dirección: Calle El Placer Oe11-271
Abierto: De martes a domingo de 09h30 a 17h30
Teléfonos: 251 1100, 251 1101, 251 1102, 251 1103
Servicios: Tours.


20. La Mitad del Mundo
Monumento a la Linea Ecuatorial en Quito. En el año de 1736, llega al país la primera Misión Geodésica que tuvo como objetivo medir un arco de meridiano para comprobar la forma de la tierra. A los científicos franceses Bouguer, Godín y La Condamine se unieron los españoles Jorge Juan y Antonio de Ulloa, insignes marinos; ya en tierras ecuatorianas se unió por sus conocimientos de geografía y geodesia el científico ecuatoriano, Pedro Vicente Maldonado, quien colaboró estrechamente para asegurar el éxito de la Misión. A más de los aportes a la Ciencia de la Primera Misión Geodésica que fue calificada en esos tiempos como la empresa más grande jamás intentada; hay otras que repercutieron directamente en el país, como el haber dado a conocer al mundo con el nombre de Ecuador a nuestro territorio, así también estudios que divulgaron aspectos sociales, culturales y antropológicos. Aquí, los sabios franceses, dieron origen al sistema métrico universal.
En 1836, el geógrafo ecuatoriano, Luis Tufiño, localizó las señales dejadas por el primer grupo de científicos. Este monumento histórico de 10 metros de altura estuvo ubicado en este sitio por 43 años, hasta 1979, en que fue trasladado a la población de Calacalí a 7 km al Occidente, por donde también atraviesa la Línea Ecuatorial. Se lo denomina Monumento Ecuatorial porque por su forma piramidal - cuadrangular con sus cuatro monolitos en los ángulos, tiene la orientación geográfica de los cuatro puntos cardinales, y se encuentra localizado en la Línea Ecuatorial de latitud cero grados cero minutos y cero segundos. Esta Línea pasa por diversos países y continentes, pero hay un solo país que lleva su nombre “La Republica del Ecuador”. Un grabado es observado que representa el cuarto del círculo usado por la Misión Geodésica de siglo XVIII. En Hemishpere Occidental observamos una placa dedicado a dos ilustres españoles que colaboraron con el trabajo científico de Francia. Aquí graba el escudo de España. En el Sur el Hemisferio
tenemos una placa de reconocimiento al Gobierno de Ecuador al trabajo científico de la Misión Geodésica de Francia. Aquí nosotros vemos un grabado del escudo de Ecuador. En el extremo superior de la pirámide, se destaca una esfera metálica que representa la Tierra, con sus 5 continentes y sus mares en alto y bajo relieve. Este globo está envuelto de Oriente a Occidente por una cinta también metálica, indicadora de la Línea Ecuatorial , dividiendo a la esfera exactamente en dos mitades. La orientación del globo metálico corresponde a la posición real de la Tierra, esto es, el eje menor de los polos está paralelo al eje de rotación real de la Tierra.








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